Atrofia progresiva de retina en los gatos
Pero, ¿Qué es exactamente la atrofia progresiva de retina y cómo afecta a los gatos en general? Echemos un vistazo rápido.
Atrofia progresiva de retina y anatomía ocular
El ojo de gato es un órgano bastante delicado pero sorprendentemente duradero. Al igual que el órgano óptico humano, está formado por varias capas intercaladas que forman parte de la córnea. El iris, que es la parte coloreada / pigmentada del ojo, es a su vez responsable de dejar pasar más o menos luz según las condiciones ambientales. También está la lente que «dobla» y refracta los rayos de luz y permite la agudeza visual al enfocar.
Por otro lado, las líneas de la retina, que se encuentran en la capa más interna del ojo, son las encargadas de convertir los rayos de luz recibidos en señales eléctricas que se envían al cerebro a través del nervio óptico adherido a él. La retina es nuestra principal área de interés aquí.
¿Cómo se ve afectada la retina del ojo por la degeneración progresiva de la retina?
La retina es la parte más importante del ojo de gato. Recibe los rayos de luz que son recogidos y luego enfocados por todas las demás partes del ojo. Luego, la retina convertirá los rayos de luz en una señal nerviosa eléctrica que el cerebro del gato puede interpretar visualmente.
Para que funcione de manera óptima, la retina está formada por una gran cantidad de fotorreceptores llamados conos y bastones. Son estas mismas subestructuras las que le permiten a su gato ver en la oscuridad y percibir diferentes colores.
Aquí es donde se pone interesante. Normalmente, los fotorreceptores del lóbulo del ojo de un gato se desarrollan desde el nacimiento hasta alrededor de las ocho semanas de edad. Sin embargo, a medida que el gato envejece, entre los 12 y los 16 meses, estos receptores pueden degenerar y, por tanto, dar lugar a PRA-Rdy o degeneración progresiva del cono de los bastones. Por lo general, esta enfermedad comienza con signos sutiles de ceguera nocturna y luego se deteriora aún más hasta la ceguera completa después de unos años.
Signos tempranos de atrofia progresiva de retina en gatos
Normalmente, la ARP es prácticamente indolora. De hecho, es difícil saber si un gato sufre de degeneración progresiva de la retina con solo mirarlo. No espere ninguno de los signos reveladores habituales de un problema óptico subyacente: sin lagrimeo excesivo, enrojecimiento o incluso entrecerrar los ojos.
En cambio, preste atención a los cambios repentinos en el comportamiento de su felino. Por ejemplo, su gato de repente se sentirá reacio a bajar una escalera y evitar los pasillos oscuros o mal iluminados.
Otro sello distintivo de la ceguera nocturna progresiva es el cambio brusco de personalidad del gato después del anochecer. Su gato preferirá sentarse y retirarse a la seguridad de su caja o foso en lugar de atreverse a vagar afuera.
A medida que avanza la enfermedad, es posible observar una dilatación inusual de las pupilas del ojo, seguida de un parpadeo / reflejo de luz igualmente inusual que proviene de la parte posterior del ojo. A medida que la situación empeora, el cristalino puede volverse turbio y turbio, antes de dar paso a la ceguera total.
¿Se puede diagnosticar ARP en gatos?
Dependiendo de la variante de atrofia progresiva de retina que padezca su amigo felino, un simple examen de la vista realizado por el veterinario de su mascota puede revelar esta anomalía. De lo contrario, se utilizará un proceso más avanzado, como una electrorretinografía completa, para descartar cualquier riesgo de ARP subyacente.
Tratamiento de la atrofia progresiva de retina en gatos
Desafortunadamente, no existe un tratamiento o cura inmediata para la ARP en gatos. Ni siquiera hay una forma de ralentizar la progresión de esta anomalía una vez que se establece. Afortunadamente, la mayoría de las razas de gatos, especialmente los Bengals, se adaptan de forma natural a este tipo de ceguera progresiva.
Se comportarán con normalidad en su hogar / entorno habitual gracias a su excelente memoria. La ceguera solo será más pronunciada si se muda a un nuevo vecindario o reorganiza los muebles de su hogar.
Para concluir, en la actualidad, no hay forma de prevenir la aparición de ARP, ya que se considera principalmente una enfermedad genética. Por lo tanto, es suficiente asegurarse de que los padres o compañeros de camada del gato que presenta ARP no estén apareadas sino esterilizadas para evitar que otros gatos desarrollen esta enfermedad.